Pedir un préstamo online es algo muy común y cada vez más sencillo. Dinero rápido y al alcance de tu mano para tus proyectos, ilusiones e ideas. Pero encontrar el préstamo perfecto que se adapte a tus necesidades y que no termine por ahogarte puede ser más complicado de lo que parece. Antes de solicitar un préstamo ahí van 7 claves para elegir el mejor préstamo a nuestro alcance.
Una vez hayamos definido la finalidad de nuestro préstamo, el siguiente paso es informarse sobre las opciones existentes en el mercado, visitando las páginas web de los bancos o empresas que ofrecen préstamos rápidos o, en última instancia, a través de asesoramiento financiero externo si no tenemos la suficiente formación en materia financiera. Cuando tengamos reunida toda la información sobre una serie de préstamos que nos interesan, toca comparar. A día de hoy, existen multitud de comparadores en Internet que facilitan esta labor, comparando los costes en forma de intereses, comisiones y otras condiciones asociadas a cada uno de ellos.
En la información que aparece en la mayoría de publicidad de los préstamos, el interés que aparece es el tipo de interés nominal (TIN); es decir, el coste en concepto de intereses que tendremos que pagar cada año en función del capital concedido. Si bien es una información importante, es insuficiente, puesto que no nos dice nada ni de las comisiones ni de otros costes del préstamo.
Para comparar dos préstamos en unidades homogéneas tendremos que fijarnos en la TAE; es decir, la tasa efectiva de interés que se aplica al préstamo y que incluye todos los gastos relevantes del mismo. Por ejemplo, un préstamo hipotecario con un TIN de Euribor + 1% con una comisión de apertura y una comisión por estudio puede ser más caro que otro préstamo con un TIN de Euribor + 1,5% sin comisiones. Esta es la razón por la cual la comparación debe realizarse teniendo en cuenta solo la TAE.
El plazo de amortización es otra característica importante. A mayor plazo, más dinero acabaremos pagando. Evidentemente, el plazo de amortización dependerá de la cuota mensual que acordemos al principio, que tiene que tener una relación directa con nuestros ingresos. Generalmente, las entidades financieras no suelen establecer cuotas mensuales mayores del 35% de los ingresos netos mensuales de la persona o familia a la cual se le va a conceder el préstamo.
Por ejemplo, si tenemos unos ingresos netos mensuales de 2.500 euros, la cuota máxima por la que nos concederán el préstamo será de 875 euros, con la que podremos acceder a un préstamo de unos 250.000 euros a 30 años con un interés del 3%. Además, las entidades suelen conceder solo el 80% del valor de tasación de la vivienda, lo que exige unos ahorros de notable cuantía para acceder a una vivienda y, por supuesto, estabilidad en los ingresos.
No existe un préstamo mejor o peor para nosotros. Todo depende de muchos factores y condicionantes que todos tenemos que tener en cuenta. En cualquier caso, este proceso requiere de tiempo para analizar todas las ofertas y escoger el préstamo que mejor se adapte a nuestras circunstancias particulares.