En el mundo de los préstamos, el aval es una garantía adicional que piden algunas entidades financieras cuando consideran que el prestatario no dispone de un patrimonio suficiente para responder al pago del crédito que desea contratar. Una tercera persona (el avalista) se compromete por contrato a responder al pago de la deuda con su capital o sus bienes si el prestatario no lo hace, es decir, que tendrá que reembolsar las cuotas en caso de demora del prestatario.
De esta manera, los prestamistas se aseguran de que el dinero del préstamo les será devuelto, aunque el solicitante no les ofrezca suficientes garantías de pago. Se trata, ni más ni menos, que de añadir un grado extra de seguridad de cara al prestamista en el caso de que nuestro perfil económico no cumpla con los requisitos exigidos.
Por tanto, un préstamo sin aval es, simple y llanamente un crédito que se puede contratar sin tener que contar con el respaldo de una tercera persona. Como hemos comentado, las entidades solo exigen disponer de avalista si los medios a nuestro alcance no son suficientes para afrontar el abono de las mensualidades, así que si nuestro nivel de ingresos es adecuado, no tendremos muchos problemas para obtener un crédito sin aval, sobre todo si pedimos un préstamo de bajo importe.
Las entidades que gestionan los créditos online sin aval no nos pedirán que contemos con una garantía que nos respalde en caso de impago, pero sí nos exigirán que contemos con unos ingresos mínimos y suficientes que les puedan garantizar que no corren ningún riesgo al prestarnos dinero. Podemos conseguir estos créditos con ASNEF siempre que demostremos lo siguiente:
Debemos tener en cuenta que estos requisitos variarán dependiendo de la entidad con la que estemos tratando y de cuál sea nuestra situación personal y financiera. Eso sí, todos estas condiciones son excluyentes, por lo que si no las cumplimos, no podremos acceder al préstamo con aval que necesitamos.
Como hemos visto, si cumplimos una serie de requisitos y, sobre todo, contamos con una fuente de ingresos estable, demostrable y suficiente, no tendremos problemas para conseguir préstamos sin aval. Sin embargo, no en todas las ocasiones aceptarán nuestra solicitud de créditos online sin aval, por lo que si queremos aumentar nuestras posibilidades podemos seguir los siguientes trucos:
Un crédito online sin aval es más fácil de obtener, pero no exime nuestra responsabilidad frente a la deuda. Debemos recordar que ante el impago del préstamo sin aval tendremos que responder con todo nuestro patrimonio y que un banco siempre tiene preferencia en un jurado frente a otros acreedores. Esto ocurre tanto con los prestamistas de créditos rápidos o minicréditos sin nómina.
Que nos presten un crédito sin aval y sin nómina no nos exime de nuestra responsabilidad adquirida ante la deuda. Al firmar el contrato del préstamo sin aval que hayamos solicitado, estamos contrayendo una deuda que deberemos reembolsar de la manera que previamente hayamos pactado con el prestamista.
En el caso de que no paguemos una o varias cuotas, la entidad nos aplicará una serie desanciones por impago que encarecerán el precio del crédito y, además, corremos el riesgo de que nuestros datos sean incluidos dentro de una de las lista de morosos de nuestro país. Si el impago se prolongase, las consecuencias podrían ser todavía más graves, puesto que el prestamista podría solicitar a un juez el embargo de nuestros bienes.
Algunas entidades, sin embargo, ofrecen la posibilidad de prorrogar el plazo de sus créditos sin aval a los clientes que, por el motivo que sea, no puedan satisfacer la deuda dentro del plazo acordado. Pedir una prórroga suele tener un coste, pero siempre sale más barato que pagar las comisiones e intereses de demora. Si queremos prorrogar el plazo de los préstamos sin aval tendremos que contactar con la entidad antes del día de vencimiento y abonar el coste correspondiente. En caso de que el prestamista no nos ofrezca esta posibilidad, podemos intentar negociar la ampliación del plazo para pagar unas cuotas más asequibles.