Con los problemas que se han derivado de la actual crisis económica, las familias españolas cada vez están recurriendo con mayor frecuencia a las diferentes alternativas para solventar los gastos más necesarios que se presentan todos los meses o para enfrentar situaciones no previstas.
Son varias las opciones que se tienen en cuanto a los préstamos más comunes que ofrecen las entidades financieras, físicas y online, por lo que a continuación presentaremos algunos de los más conocidos, así como sus principales características, considerando siempre que en todos los préstamos se maneja la garantía personal.
Los préstamos con garantía personal, también llamados préstamos personales o de consumo, son productos que tienen como garantía de pago el conjunto de los bienes personales presentes y futuros del prestatarios, no un bien en concreto. Estos créditos se suelen utilizar para financiar la adquisición de bienes y servicios con un precio elevado, aunque últimamente también han aparecido créditos con garantía personal destinados a resolver imprevistos.
Cuando una persona desea comprar una vivienda, por ejemplo, pero no dispone de fondos suficientes para hacerlo, tiene la posibilidad de solicitar un préstamo hipotecario, que son los que con más frecuencia se solicitan en estos casos. La garantía personal que se aplica en los demás préstamos personales, en este caso se convierte en una garantía real, que como hemos dicho básicamente es la vivienda.
En algunas ocasiones, es posible que la entidad considere que la garantía aportada no es suficiente para responder al pago del crédito y quiera que se aporte un aval como garantía adicional. En este caso, la persona que nos respalde (el avalista) también será responsable del pago de la deuda contraída con el prestamista.
Tanto si pedimos un préstamo con garantía personal como si solicitamos un crédito con garantía hipotecaria o cualquier otra garantía, hay diversos aspectos en los que debemos fijarnos si queremos obtener la financiación que necesitamos al mejor precio. Veamos cuáles son:
Tanto en el caso de los préstamos con garantía personal como en el de los créditos cuya garantía es hipotecaria u otra, en caso de impago el bien o bienes puestos como garantía pueden ser embargados para saldar la deuda contraída. Sin embargo, antes de llegar a este punto, las entidades suelen seguir el procedimiento siguiente:
Si tras todo este proceso no disponemos del capital suficiente para pagar la deuda, el bien o bienes puestos como garantía podrán ser embargados para saldarla. Por ello, siempre recomendamos no contratar un préstamo si no cobramos unos ingresos que nos permitan pagar las cuotas a tiempo.