Uno de los grandes miedos que tenemos al pedir un crédito es qué nos podría pasar si, por cualquier circunstancia, no fuéramos capaces de reembolsarlo a tiempo. Como ya sabemos, la banca nunca pierde, así que si no abonamos puntualmente cada cuota, lo más probable es que seamos nosotros los más perjudicados. Sin embargo, no todo el mundo sabe qué nos puede suceder si no pagamos un préstamo, así que a continuación detallamos cuáles son las sanciones aplicadas en caso de demora.
Rotundamente no. Ante las dificultades económicas, no son pocas las personas que se plantean no abonar la cuota de un préstamo y utilizar ese dinero para otros menesteres. Sin embargo, desde el momento en el que nos demoremos, se iniciará un proceso que irá incrementando la deuda poco a poco y que, en caso de dilatarse, puede derivar en consecuencias muy graves. Veamos cómo proceden las entidades cuando no se les paga un crédito:
Una vez entrados en el terreno judicial, lo que suceda dependerá mucho del tipo de crédito que hayamos solicitado, así como del importe. Por ejemplo:
En definitiva, el impago de un crédito siempre supone una serie de problemas para el deudor, y aunque variarán en función del tipo y del importe de la deuda, nunca es agradable. Por lo que recomendamos encarecidamente que, quien no pueda pagar un crédito, no lo solicite.
Hay muchas personas que creen que la solución a sus problemas financieros es pedir un préstamo para pagar otro, sin saber que si bien es cierto que quitan una deuda están creando otra todavía más grande. De hecho, algunos toman el préstamo como si fuera un regalo, hasta que llega el mes siguiente en que se dan cuenta de que tienen que pagar más, o hasta que se percatan de que tienen que estar pagando durante mucho más tiempo.
Un préstamo no es un regalo. Simplemente es una herramienta adicional para ayudar a salir adelante a muchas familias; y como pasa con cualquier otro servicio tiene sus ventajas pero sobre todo en este caso tiene también sus obligaciones: pagar la deuda según los plazos que se hayan acordado. Al pedir un préstamo debes tener siempre presente que vas a poder pagarlo en un futuro. Sino lo único que vas a hacer será endeudarte más y más y te será mucho más difícil salir adelante. De plano: no es buena idea pedir un préstamo para pagar otro porque en realidad lo que se está haciendo es pagar dobles comisiones.
Hacer esto es una alternativa que se debe utilizar sólo en casos excepcionales. Cuando realmente no se puede hacer frente a la deuda, pedir un pequeño préstamo o crédito rápido puede ser una buena solución porque aún pagando más y durante más tiempo se aligera momentáneamente una carga que no se puede asumir en ese momento. Hay familias que tienen que hacerlo por necesidad, aún sabiendo que tendrán que pagar más dinero y durante más tiempo, aunque esto es algo que se debe estudiar muy bien antes de tomar la decisión final. Y sí, hoy en día es más frecuente de lo que pensamos el tener que pedir un préstamo para pagar otro por pura desesperación.
Existe otro caso, mucho menos frecuente, en que sí es beneficioso pedir un préstamo para pagar otro. Y es cuando las comisiones de amortización anticipada son muy bajas y el nuevo préstamo tiene unas condiciones mucho más beneficiosas, haciendo así que realmente se pague menos por el préstamo. Aunque por regla general no suele suceder casi nunca.