Es la pregunta que se ha hecho casi todo el mundo cuando pide un préstamo: ¿Préstamos a interés fijo o variable? Ello es especialmente relevante para la adquisición de vivienda, dado que uno se encuentra “atado” a esos préstamos personales (principalmente hipotecarios) durante muchos años.
Tradicionalmente, los préstamos hipotecarios han sido con tipo de interés variable, con el Euribor (el tipo de interés interbancario en la eurozona) como referencia principal. Sin embargo, dados los bajos tipos de interés actuales, donde el Euribor está en torno al -0,19%, los préstamos a tipo fijo han ido ganando mucho espacio. Actualmente, el tipo de interés fijo se halla cerca del 2,5%. Por el contrario, el mejor diferencial de Euribor aplicado en los préstamos hipotecarios a tipo variable se halla en el Euribor+0,9% aproximadamente.
En un informe reciente del Banco de España se señala que, dentro de la Unión Económica y Monetaria (UEM), España es, junto con Portugal, Italia e Irlanda donde más peso tienen los préstamos a tipo de interés variable. En cambio, en Francia, Alemania o los Países Bajos tienen mucha menos importancia. Sin embargo, desde 2010 los préstamos a tipo de interés fijo han ganado mucho terreno, como muestra el Gráfico 1 sobre la distribución de las nuevas operaciones por el plazo de revisión de los tipos de interés: el tramo verde de las operaciones con plazos de revisión de tipos de interés superiores a 5 años alcanza un 30% del total, cuando prácticamente no existían pocos años antes.
La consecuencia más importante de este movimiento hacia las hipotecas de tipo fijo radica en que los costes de financiación de los hogares se hacen menos sensibles a los movimientos en los tipos de interés, lo que hace que el alcance de los cambios en la política monetaria sean menos pronunciados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que todavía la mayor parte de los préstamos lo son a tipo variable, con el Euribor como referencia.
Pero, ¿y cuál es mejor? ¿Fijo o variable? Es difícil dar una respuesta cerrada en los préstamos nuevos. En general, en la hipoteca a tipo variable se pagará menos ahora y más en el futuro, comparado con el tipo de interés fijo. Ello inclina la balanza a favor del tipo variable para el prestatario. De ahí el interés de las entidades financieras por las hipotecas a tipo fijo con el Euribor negativo de la actualidad.
Cuanto mayor sea el plazo, mayor será la probabilidad de que el Euribor suba en el futuro, lo que inclina la balanza a favor del tipo fijo. Es conveniente analizar distintos escenarios para ello (el Euribor sube lentamente, sube rápidamente…). Por otro lado, en la medida en que a uno no le guste el riesgo, y no pueda soportar intereses más altos le conviene una de tipos fijos, porque acota los pagos. Se recomienda evitar las hipotecas mixtas (fijo ahora, flexible después) en la medida de lo posible. En suma, conviene hacer números antes de decidirse por una u otra fórmula y aproveche los comparadores.
Si optamos por un préstamo hipotecario a tipo fijo, las principales ventajas de las que nos podremos beneficiar son las siguientes:
Aunque las hipotecas fijas tienen cada vez menos desventajas, aún hay algunos aspectos que hay que tener en cuenta antes de elegir una hipoteca fija o variable: